La espiritualidad es el sello de la animación de Hayao Miyasaki que se manifiesta en una amplio repertorio de seres fantásticos. No solo se trata de individuos, animales o criaturas imaginarias sino que la misma atmósfera y el entorno donde se recrean las historias están cargados de cierta esencia mística que se revela en función del relato.
Aunque la película sea una absoluta y exquisita invención de Miyasaki, de su imaginación y genialidad, se sitúa en un tiempo y espacio propio de la humanidad en el cual el hombre lucha contra la naturaleza con el fin de dominarla y beneficiarse de sus recursos.
Subsistir y desarrollarse es la tarea prioritaria de la Ciudad de Hierro, gobernada por Lady Eboshi, quien ha creado una comunidad de igualdad entre hombres, mujeres y grupos sociales como los leprosos, con la finalidad de dar guerra a los animales, criaturas protectoras del bosque, para poder continuar con la tala de árboles y la extracción de hierro.
Un aspecto característico de los guiones de Miyasaki, y en este caso de La Princesa Mononoke, es que salvo Ashitaka, joven príncipe con el que comienza la película, el resto de las figuras de autoridad son mujeres. Los valores de fortaleza, coraje y liderazgo, aspectos históricamente identificados con lo masculino son representados por figuras femeninas, y los valores de comprensión, conciliación, piedad y contención son resaltados en la figura masculina de Ashitaka.
El relato comienza con el ataque a la aldea del príncipe Ashitaka por un inmenso jabalí convertido en demonio. Una bola de hierro incrustada en su lomo había transformado a este dios jabalí en una masa de larvas animada por el odio y el dolor. Ashitaka lo vence pero es herido por la criatura quien le transmite su maldición. La anciana sabia del pueblo será quien le recomiende al joven emprender un viaje hacia el oeste, lugar de origen del dios jabalí, para descubrir lo sucedido y encontrar cura a su maldición. La sabia anciana le aconseja ver con los ojos vacíos de odio ya que aunque la furia le dará una fuerza increíble con la misma potencia irá carcomiendo su cuerpo hasta la muerte.
En el transcurso de su travesía Ashitaka conocerá a la princesa Mononoke, líder de la manada de lobos, y al dios jabalí Okkotonushi, quien tiene como objetivo con su manada matar a todos los humanos para proteger el bosque. Temen a su vez por verse cada vez mas pequeños en la medida que los hombres perforan el monte, haciendo más fácil su domesticación.
Ashitaka intentará hacer de mediador entre los seres del bosque y la Ciudad de Hierro, conciliar ambas partes para que puedan convivir, pero el gran personaje de la película, El Espíritu del Bosque, representado por una especie de ciervo que cambia de forma con el atardecer convirtiéndose en un ser gigante llamado Caminante Nocturno, será la obsesión de Lady Eboshi en su afán de apoderarse del bosque y explotarlo para su pueblo.
El Espíritu, quien tiene el poder de equilibrar la vida, purificar y revivir la tierra, será atacado por Eboshi, quien le cortará la cabeza en el momento de su transformación. La divinidad del bosque se convertirá en una ola de muerte que comenzará a arrasar todo lo existente y, consecuentemente, la vida de los pobladores de Ciudad de Hierro estará en peligro.
La soberbia le enseñará su revés a los pobladores de Ciudad de Hierro y finalmente la cabeza del dios será devuelta. Un nuevo orden comenzará para la humanidad donde todos deberán modificarse para poder subsistir, coexistiendo en armonía.
El arte tiene esa astuta y sutil capacidad de concientizar verdades, esta obra es una vigente, perdurable y gran enseñanza de Hayao Miyasaki para la humanidad.
Etiquetas: cine, fragmentos míos, notas
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